La vara de Aarón florecerá, fué esa vara que reverdeció, si vemos Números 16 cuando el pueblo de Israel se reveló con Dios por celos, cuando Dios había determinado que la descendencia de Aarón serían los sacerdotes, eran los únicos indicados para servir en el Tabernáculo, pero el pueblo tenía celos y protestaron, pero lo dispuesto por Dios se debía de obedecer, no entendían y casi todos ellos fueron muertos, por lo cual para detener tal mortandad Aarón tuvo que hacer expiaciones con el incensario para que no murieran todos.
Para que no existieran esos celos Dios ordenó a Moisés que cada tribu disponga de una vara y escribieran su nombre en ella, por cada jefe de familia, entonces eran 12 varas una por cada tribu y les dijo que las pongan en el arca, delante del testimonio en el lugar santísimo, luego les dijo que «la vara que florezca será la tribu elegida», Moisés fue a ver al dia siguiente y la vara de Aarón fué la que floreció.
Números 17:8-10, Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras. Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara.
La vara de Aarón era la elegida porque floreció, por ello Aarón era el sumo sacerdote y sus hijos los sacerdotes, y toda la tribu de Leví estaban al servicio del Tabernáculo de Reunión, pero gracias a Dios ahora en el nuevo pacto todos los que le reciben a Jesús, tienen la potestad de ser hijos de Dios y como hijos coherederos juntamente con Jesús y nos ha puesto a todos como real sardotes( 1Pedro 2:9), no como en el Antiguo Pacto lo cual es sombra de lo venidero solamente la tribu de Leví tenía ese privilegio, ahora su iglesia es esa vara que debe estar en el arca, es decir en la precensia de Dios para poder reverdecer y dar frutos para vida eterna.
Esa vara pudo reverdecer cuando se encontraba en el Arca del testimonio que se encontraba en el lugar santísimo, es decir en la presencia de Dios. Eso significa que para poder reverdecer tenemos que estar en la precensia de Dios en adoración, cumpliendo con los sacrificios espirituales, tenemos que dejar que Dios hague la obra en cada uno de nosotros como buen alfarero para reverdecer, para echar flores, arrojar renuevos y dar los frutos, en este caso Dios nos compara a los frutos de las almendras, cuando busqué para ver como crece una almendra, pude descubrir que es un árbol que para que pueda dar fruto se espera unos cinco años mínimo, que necesita de abundante agua, que necesita un clima cálido y muchos cuidado para que la maleza que crece a su alrededor no haga estragos en ella y no la deje crecer, sobre todo cuando recién esta joven por que las más antiguas ya no se dejan infectar porque ya han desarrollado una madurez y creado sus defensas y el árbol de almendras cuando empiezan a dar fruto dan continuamente por 50 años.
Nosotros los sacerdotes somos el pueblo de Dios, aquellos elegidos para servir y hacer la obra redentora de Jesús pero tenemos que primero reverdecer, que es reverdecer es volver a tener vida, para ello necesitamos el agua de vida que es la palabra de Dios, para crecer, para madurar y producir primero flores, luego arrojar renuevos es decir dar esos frutos y poder multiplicar esa semilla, pero cada etapa tiene un tiempo, ¿en que etapa te encuentras? o es que también las plantas sino tienen agua y abono se pueden morir y marchitar, por ello no debemos de apartarnos de la fuente de aguas, de los manantiales de aguas de aguas vivas.

Es en la presencia de Dios, en el lugar santísimo donde empezamos a reverdecer, si estamos secos, o como huesos secos, empezaremos a vivir, con el lavamiento de la palabra de Dios, la semilla plantada nuevamente reverdecerá, crecerá y formará esas flores que representa que ya esta preparada, madura para formar los renuevos, por que es la edad productiva, tiempo de dar frutos, tiempo de producir semilla y dejar caer para formar otros renuevos.

Es el agua de vida que es la palabra de Dios que va hacer sembrada en los corazones, las cuales son como espada de doble filo que penetra el alma las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones de corazón, es decir esa palabra que es esa semilla es la que va a formar raíces en los corazones y va ir creciendo, hasta formar hojas, flores, es cuando es tiempo de producir semillas es decir es tiempo de también de llevar la palabra, de sembrar, pero para que eso se realice necesitamos siempre estar bajo la cubierta de sus alas, es permanecer en comunión con Jesús por ende con el Padre y con el Espíritu Santo que es la vid verdadera.

Todo fruto, toda semilla debe ser sembrada en el nombre de Jesús, se debe poner como fundamento sólo a Jesús como la piedra angular, Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos, Mateo 12:30 dice: El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
La vara de Aarón florecerá si permanecemos en El, y llevará esa semilla, en Salmos 126:6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas
Sigamos permaneciendo en la fuente de aguas vivas, para florecer cuando fuera tiempo, predicar, sembrar la buena semilla, porque cuanto más siembras seras, mas podado, limpiado, mas enblanquesido, mas santificado para que la flor florezca con gran resplandor y de más semillas para vida eterna.
Luego entonces Jesus te dice: Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado; otros han trabajado y vosotros habéis entrado en su labor. Juan 4: 38
Todos hemos sido llamados para reverdecer, como la vara de Aarón, si permanecemos en la Roca Eterna de la Salvación, Jesús, y seremos como esos árboles robustos, que la maleza no podrá tocar, ese árbol florecerá a su tiempo y dará mucho fruto, no sólo para este tiempo sino para aún por mil generaciones, por ello El Señor te dice, Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Co 15:48)

Amen.