
Hebreos 3: 7-12
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz. No endurezcáis vuestros corazones. Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto. Donde me tentaron vuestros padres; me probaron. Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación. Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
Dios nos exhorta para no apartarnos del Dios vivo, como en los tiempos antiguos, el pueblo de Israel cuando estuvo en el desierto, que no se acordaban cuando Dios los rescató de la esclavitud, de la mano del Faraón, cuando cruzaron en seco el Mar Rojo de la mano poderosa de Dios, pero este pueblo siempre estaba quejándose con los líderes que Dios había puesto, que eran Moisés y Aaron, siempre deseaban regresar a Egipto porque querían seguir con las costumbres paganas de de ese pueblo, con la comida, el pan, la carne, no les gustaba el maná que descendía del cielo para sustentarles en el desierto, donde también eran guiados por la presencia de Dios, de día con una columna de nube y de noche con una columna de fuego, siempre Dios estaba con ellos guiándolos, aun así seguían incrédulos y desobedientes, por lo cual estuvieron vagando con sus pensamientos malos en sus corazones, porque no entendían el propósito de Dios, porque no ponían la mirada en Dios si no que siempre estaban mirando hacia atrás a Egipto y no pudieron entender la obra de Dios en sus vidas, por lo cual no pudieron entrar a la tierra prometida, al lugar de reposo, a excepción de Josué y Caleb, el pueblo de Israel estuvo cuarenta años intentándolo pero no pudieron entrar por causa de su incredulidad.
De ese mismo modo en estos tiempos, también el Espíritu Santo nos va guiando todo el tiempo y tenemos ese maná espiritual que es la palabra de Dios, que nos alimenta y sostiene, pero ahora también a algunos no les gusta ese maná, que desciende de lo alto, porque todavía están poniendo la mirada hacia atrás, a la vida antigua, a esas costumbres paganas, costumbress del mundo, en Lucas 9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Si no que sigamos caminamos con Jesus obedeciendo a ese llamamiento que nos hizo, como dijo Pablo en Filipenses 3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Dice el Señor si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones, que sucede cuando se endurece el corazón, cuando ya no desea seguir creyendo en las promesas, cuando la fe decae, cuando uno ve la situación sin esperanza, porque nos dejamos llevar por las emociones y no por fe. Jeremías 17:9-10 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. El corazón es engañoso, es la parte de nuestras emociones, es la parte del alma, pero nosotros ya no vivimos por nuestro pensamientos lógicos, o raciocinio humano, si no vivimos por fe, creyendo en la palabra de Dios, en Romanos 1:17: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. La fe se alimenta escudriñando diariamente la palabra de Dios, que es la fuente de aguas vivas, el devocional, para escuchar la voz de Dios, renovando cada día nuestra mente y corazón en Proverbios 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. La palabra de Dios es Espíritu y es vida, guarda nuestro corazón de pensamientos vanos a pensamientos de luz, de verdad, porque de ella mana la vida.
Otras de la forma de endurecer el corazón es por el engaño del pecado, pensamos que si pecamos ya no nos merecemos seguir en el camino, pero tenemos a un Dios Justo en 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Pero es necesario reconocer ese pecado y apartarse, para alcanzar la misericordia de Dios.
Por ello dice el Señor, Si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones como al principio, si no que entremos a ese verdadero reposo, que es el caminar de la mano de Jesús, El es nuestro verdadero reposo porque en Él estamos completos. Podemos entrar a ese reposo donde podemos depositar nuestras cargas en oración, es entrar al reino de Dios y eso no es por obras si no por creer en Él somos salvos, ya no por obras o esfuerzo humano sino por su puro amor y pura gracia, El siempre quiere que sigamos caminando como las ovejas que obedecen a su pastor y no se apartan del rebaño, pero dice el Señor en He 10:38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Sigamos caminado poniendo la mirada en Jesús, autor y consumador de la fe, porque estamos en el monte de Sion, en la Jerusalén celestial, la iglesia viva de Dios, porque hemos entrado a la compañía de muchos millares de ángeles, en Hebreos 3:12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo, sigamos caminando en el verdadero camino , de amor, de paz y gozo en el Espíritu Santo, la promesa no tiene precio y es: La vida eterna. Amen.