
Génesis 17: 10-14 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. . Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.
La circuncisión era ese pacto que Dios hizo con Abraham y su descendencia es decir el pueblo de Israel, para que todo varón a la edad de ocho días, sea circuncidado como señal del pacto, era necesaria la circuncisión para pertenecer al pueblo de Dios para participar de las bendiciones prometidas, así sea del linaje de Abraham o el comprado por dinero o el extranjero. En esto consistía la circuncisión en quitar el prepucio, la piel que cubre la punta del miembro viril.
También en Éxodo 12:48-49 Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.
Vemos que en el Antiguo Testamento que es sombra y figura de lo verdadero, Dios estableció la circuncisión la cual era un acto natural que se tenía que realizar, para participar de la Pascua, y de todo los rituales del pueblo escogido de Dios, el pueblo de Israel cumplía con esa circuncisión pero no obedecía la ley, no disponía su corazón para cumplir los mandamientos de Dios, en Jeremías 9:25-26 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado, y a todo incircunciso; a Egipto y a Judá, a Edom y a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los arrinconados en el postrer rincón, los que moran en el desierto; porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.
Cuando Jesús predicaba veía con tanta indignación como la gente cumplía con los rituales y preceptos pero su corazón estaba lejos de Él. en Mateo 15: 5-7 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Hoy también existe muchos rituales, preceptos, costumbres, que no pueden cambiar al hombre, la circuncisión en la carne ya quedó como algo simbólico después de la venida de Jesús, porque ahora en el Señor por quien tenemos una circuncisión ya no de la carne sino del corazón, mediante la fe en Jesús, el cual tiene el poder de cambiar los corazones por tanto tiene el poder de limpiar de toda maldad de todo pecado en la cual hemos sido circuncidados.
En Colosenses. 2 :8-14 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.
Gracias a Jesus ahora ya no somos extranjeros, si no que hemos sido circuncidados por creer en Jesús que estableció el nuevo pacto, pertenecemos a la Iglesia de Dios, somos conciudadanos benditos de Dios, reyes y sacerdotes, edificio de Dios, para crecer en la unidad, en un mismo Espíritu, en un mismo sentir, en una misma visión.
En Efesios 2: 19-22 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Así se cumplió lo que profetizo Ezequiel 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Hemos sido circuncidados no de la carne si no del corazón, tenemos un corazón nuevo redimido por la sangre de Jesús, tenemos acceso a lugar santísimo, donde ya no es necesario ciertos preceptos, como los antiguos sacerdotes tenían que vestirse con una vestimenta especial para ministrar, Ahora Dios necesita un corazón sincero dispuesto a para servirle, porque ya somos los redimidos, los bautizados, los circuncidados de Dios, pero dice el Señor que no debe haber una persona incircuncisa de corazón o sea un extranjero que venga al santuario a servir al Señor, porque si no estas circuncidado de corazón, no tiene acceso a ministrar, no tienes acceso a lugar santísimo a la misma presencia de Dios.
En Ezequiel 44 :6-7 Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel; de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grosura y la sangre, y de invalidar mi pacto con todas vuestras abominaciones.
Oración
Gracias mi Dios por tu sangre preciosa, por que por ella tenemos acceso a tu trono celestial, gracias por redimirnos y circuncidarnos, limpiarnos de todo pecado, por limpiar nuestras vestiduras y pertenecer a tu pueblo, a tu iglesia para ya no ser extranjeros si no conciudadanos miembros de la familia de Dios.
Amen.