Salmos 40: 1-3 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Pacientemente esperé a Jehová, la paciencia es uno de los frutos del Espíritu Santo, el Señor quiere que seamos pacientes, para alcanzar las promesas de Dios, como se ve en las escrituras esos hombres de Fe, que alcanzaron las promesas aguardando con paciencia el tiempo de Dios.
Vemos cómo David que fue ungido para ser rey, él sabía que se iba cumplir aquel designio pero no se desesperó si no que espero en el tiempo de Dios y caminó en obediencia de su palabra, que cuando Saúl se lleno de celo y envidia quería matarlo, lo perseguía y David tuvo la ocasión de matarlo pero el dijo en 1 Samuel 26:9-11 Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿Quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos.
David dejó libre a Saúl cumpliendo la palabra en Romanos 12:17-18 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. David tenía la promesa de Dios, para ser el rey, pero no se desesperó en tomarla si no que esperó el tiempo de Dios, todos tenemos una promesa de Dios, pero nuestra fe será probada, en 1Pedro 1:7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, por tanto la obediencia de su palabra para obtener la promesa, en Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. El es galardonador del que camina en Fe y obediencia, pero si confiamos, si creemos y con paciencia lo aguardamos el cumplirá su promesa de bendición.
Si vemos cómo Dios tiene paciencia con nosotros, cuando nos convertimos a Él, El va formando la vasija con mucha paciencia, con amor, El va santificando nuestras vidas con su palabra y su Santo Espíritu. Muchas veces nos perdemos de su mano, pero El nuevamente nos traé con cuerdas de amor, con cuerdas humanas y vuelva a formar la vasija. En Job 23:10 Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.
En Isaías 40:11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas. Si vemos cómo a sus discípulos los enseñó cuando estuvo aquí en la tierra, estuvo tres años discipulandolos, guiándolos y probándolos, vemos cómo Pedro era uno de los más entrépitos, esta escrito que él era del vulgo y sin letras a diferencia de Pablo que era muy educado, pero ambos necesitaban conocer de Dios. Jesús muchas veces tuvo que lidiar con él cuando le dijo en Juan 13:6 Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. 8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. También Pedro le negó tres veces antes que cante el gallo, pero Jesús sabía sus debilidades pero tuvo mucha paciencia porque que en el tiempo de Dios Pedro tenía cumplir esa asignación divina de pastorear a las ovejas de hacer discípulos para las naciones.
En Juan 21:16-19 volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Esto le dijo el Señor que cuando era niño o joven en el camino de Dios, Pedro debía conocer, enterder, crecer, madurar, para que cuando fuere tiempo pueda cumplir ese llamado, esa asignación divina, para ello Dios tiene mucha paciencia con sus hijos, para menguar y dejar que Cristo crezca en uno, para ya no caminar de acuerdo a nuestros propios pensamientos si no de acuerdo a la voluntad del Padre, muchas veces va a costar sujetarse pero a medida que aprenda la obediencia dirá cómo dijo Pablo: Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
En Santiago 5: 7-8 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.
Tener paciencia cómo el labrador espera el fruto de la tierra, donde siembra la semilla la que tiene que germinar, dará su fruto a su tiempo, primero forma esas raíces profundas y a medida que se va regando con esa lluvia temprana, se va formando el tallo, las hojas, las flores y finalmente los frutos, esos frutos de multiplicación con la lluvia tardía, que es el tiempo de la cosecha, de esa misma manera así se espera las promesas de bendición en el tiempo de Dios, por que su tiempo es perfecto. Esperar con paciencia aquella promesa para lo cual estas orando, clamando porque vendrá la cosecha, la victoria. en Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
Salmos 126:5-6
Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. La siembra siempre cuesta, el empezar una obra encomendada por el Señor, el hacer nuevos discipulos, el predicar, orar hasta que Jesús se forme en una persona, el empezar un proyecto, un objetivo, siempre se necesita de esfuerzo y valentía, caminar con fe y obediencia, muchas veces derramando muchas lágrimas, pero luego la cosecha será grande, porque todo lo que se hace en la voluntad de Dios tendrá su recompensa.
A Josue el conquistador le dijo el Señor en Josue 1: 6-9 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. El tuvo que esforzarse, pelear la buena batalla de la Fe, no fué de un dia para otro que conquistó esas tierra tuvo que caminar con Fe, paciencia y sabiduría, cómo Abraham que obtuvo la promesa ya anciano tuvo a su hijo Isaac, todos esos hombres de Dios esperaron con paciencia, la promesa en el tiempo de Dios.
1 Pedro 5: 6-10 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; El Señor nos llama a poder esperar en el tiempo de Dios, porque todo tiene su tiempo.
Amén.
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