
Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
La palabra de Dios es Espíritu y vida, es la que nos alimenta y nos sustenta, porque dice en Mateo 4:4 no solo de pan vivirá el hombre si no de toda palabra que sale de la boca de Dios, ese es el maná escondido, en Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón,
La palabra es vida porque cuando el Espíritu Santo ministra nuestras vidas, vivífica nuestros corazones, por ello decía pablo mi palabra y predicación no es con sabiduría humana sino con demostración del Espíritu y de poder, es la sabiduría que viene de lo alto, es el Señor mismo hablando su palabra es cuando el Espíritu Santo se conecta a nuestro espíritu, y se puede sentir la presencia de Dios, hablándonos, con enseñanzas, exhortaciones, consolaciones, según la necesidad de cada uno, por eso muchas veces decimos cómo aquel predicador sabe mi vida, no es él sino que es el Espíritu Santo que ministra.
2 Corintios 3-6 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
La letra mata, la letra en si misma no tiene poder, es el Espíritu Santo que mora en nosotros que ministra nuestras vidas, abre nuestros ojos espirituales para compartir la palabra, porque es el Espiritu Santo que convence de pecado. El es quien nos guía a toda verdad, por ello dice en Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, esa es la voluntad de Dios sed llenos de su presencia por ello es necesario la comunión con el Padre, la oración, ofrecer todos los sacrificios espirituales a Dios, como la oración, la alabanza, escudriñar las escrituras. Para que sea Él en nosotros la esperanza de gloria.
En Juan 4:23-24 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dios busca esos adoradores, aquellos que buscan de su presencia, de esa unción fresca cada día, renovando y guardando nuestros pensamientos en Cristo Jesús, Por ello encargó a sus discípulos cuando le preguntaron sobre cuando debía regresar Él contestó en Marcos 13: 32-33 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. La voluntad fue el encargo del Señor, estar en comunión, porque el tiempo ya se acorta, ya está cerca.
2 Corintios 3:16-18 Pero cuando se conviertan Mi palabra es espíritu y es vida Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Solamente cuando se conviertan a Jesús recibiéndole como único salvador, se quita el velo, ese velo que no dejaba ver la verdad, entonces le veremos como a cara descubierta tal como es, y podremos conocer y entender a Jesús sentir su presencia por el Espíritu Santo que mora en nosotros, luego podemos decir que esa palabra escrita que fue inspirada por el Espíritu Santo tiene poder por que es Espíritu y vida, es transformadora, renovadora, restauradora. Por ello busquémosle todos los días, en oración, porque el Padre quiere tener esa conexión con su iglesia, para guiarla, para bendecirla.
Amen.