La Señal del cinto podrido

Jeremias 13:1-11

El Señor le dijo a Jeremías que comprara un cinto para usarlo para ponerlo sobre sus lomos, pero le dijo ve y esconde este cinto en la hendidura de una peña en Éufrates, ¿que es una hendidura? es una grieta o abertura y esta debería ser puesta en una roca, Jeremías obedeció, después de muchos días le dijo Levántate y ve a Éufrates, Éufrates es un río por Asia.
Jeremías fue y cavó en el lugar que había escondido el cinto, cuando lo vio estaba podrido, y se dio cuenta que para ninguna cosa era buena, el cinto no servía para nada. El Señor le dijo a Jeremías que al igual como ese cinto podrido Dios iba podrir la soberbia, la desobediencia de Israel. Que toda altivez y soberbia no iba servir para nada, porque ese pueblo se había apartado y alejado de Dios, ellos caminaban tras la imaginación de su corazón, de acuerdo a sus pensamientos naturales dejándose llevar por las costumbres y corriente de este mundo y no de a cuerdo a la voluntad de Dios, que esta en su palabra, en Jeremías 17:9-10 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Dice el Señor que el corazón es engañoso, muchas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones, nuestros sentimientos humanos, y no tenemos discernimiento del bien y del mal, porque nos hemos apartado del conocimiento y comunión con Dios actuando de acuerdo a nuestro raciocinio humano, por ejemplo me contó una hermana que su cuñada se había encariñado con su sobrina porque un tiempo le encargó su padre para que la cuidase pero llegó el día en que ella su sobrina debería ir con sus padres, pero la tía se aferró y lloraba desconsoladamente, pero la hermana le dijo que era lo normal que ocurriera eso por que esa es la voluntad de Dios que ella creciera bajo el cuidado de sus padres, muchas veces nos dejamos llevar por el corazón que es engañoso, eso sucede a menudo cuando uno se casa, cuando dice la palabra, dejar padre y madre y los dos serán una sola carne, cuesta mucho desprenderse de nuestro padres, pero esa es la voluntad de Dios y El quiere la obediencia.

Entonces toda soberbia y desobediencia de Israel no iba a servir para nada, Dios iba tratar duramente con ese pueblo, que no solamente se dejaba llevar por su malvado corazón sino que también se habían ido en pos de dioses ajenos para servirles, en estos tiempos también sucede con su iglesia que se aleja de Dios, que se aparta que ya no quiere servirle, que ya no le busca, que esta priorizando otras cosas que la comunión con su Padre celestial, que ha dejado su primer amor, es hora de volver a su primer amor antes que la ira de Dios se manifieste, y quite, pudra toda soberbia y altivez.