El primer amor, ese amor que viene de lo alto y resplandece nuestros corazones, es el Señor mismo haciendo morada en nosotros, es El Espíritu Santo, porque somos su templo., empezamos una nueva vida en el Señor, nuestro espíritu recibe al Espíritu Santo y sentimos ese gozo del nuevo nacimiento, nuestros ojos espirituales se abre y podemos entender la palabra de Dios con mas claridad, dice la palabra de Dios «mi palabra es Espíritu y vida», y como la palabra es Espíritu no podía entender porque estaba ciega espiritualmente, ¿porque? en 2 Co 4:4 en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios, entendí el porque estaba ciega, luego pude decir, porque el diablo había cegado mi entendimiento ya que no tenía el Espíritu Santo, y andaba por el mundo como una oveja sin pastor, mas ahora mis ojos te ven Dios y poder conocerte, entenderte, y adorar al Dios verdadero.
En Juan 3, 1-7:
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
En Juan 3, 1-7 Jesús le enseñaba a Nicodemo de que era necesario el nuevo nacimiento, para entrar en el reino de Dios, es nacer de nuevo por medio del agua y del Espíritu, el agua representa la palabra y del Espíritu por que somos sellados por su Espíritu Santo, una nueva vida con el Señor, las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechos nuevos, Entramos a la comunión gloriosa con el Señor en el espíritu.
Entonces podemos conocer su voluntad para nuestras vidas. Es un gozo inmenso, el gozo de la salvación y uno empieza como un pequeño niño a conocer de Dios y de su iglesia ,saber que tenemos a un Dios vivo que guía a su pueblo, ese gozo y agradecimiento Dios quiere que siempre la mantengamos.
Apocalipsis Capítulo 02
3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Dios sabe el arduo trabajo que conlleva el servicio a Dios, sabiendo que en otros tiempos el trabajo fue aun más arduo, como dice en Juan 4 :38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Pero cada uno en su tiempo a continuado la obra redentora de Dios.
No dejemos ese primer amor de gozo de agradecimiento, por que sabemos de donde nos ha sacado el Señor, de ese pozo cenagoso, del mundo de las tinieblas a su luz admirable, el conocer la vedad que nos hizo libre de la esclavitud del pecado, gloria a Dios que ahora somos salvos y tenemos una promesa la vida eterna,
Pidamos que cada día el Señor renueva nuestra mente, pidamos de su unción fresca cada mañana, porque cada día son nuevas sus misericordias, para no perder ese gozo de la salvación, esa humildad que como niño recién engendrado busquemos conocer de la revelación de su palabra, sabiendo nada es nuestro, todo procede de El.
Salmos 51:12-1812 Vuélveme el gozo de tu salvación, 13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti. 14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia. 15 Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza. 16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. 18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén. |